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¿Cómo se pueden financiar las vacunas?

Publicado el 18 de febrero de 2022. Haz clic aquí para ver la versión anterior de julio de 2021

Última actualización: febrero de 2022. 
Para respaldar a los países con la información más reciente, actualizamos este análisis en febrero de 2022. Por favor, sigue este enlace para ver la versión de abril de 2021 de este análisis.

Hay que tomar acciones audaces urgentemente para ayudar a los países de renta media y baja a enfrentarse a la deuda aplastante que, debido la pandemia del COVID-19, va de mal en peor. Se prevé que con los costos de la compra y distribución de vacunas aumentará más la presión sobre la capacidad de los gobiernos para alcanzar o mantener los niveles actuales de gasto social ya que puede ser limitada su capacidad interna de recaudar fondos, en especial en los países donde la renta nacional sigue a la baja debido al impacto económico de la pandemia que está en curso. Si bien es cierto que se puede financiar el desarrollo aumentando la deuda pública, también se cuestiona la capacidad del país para contener las vulnerabilidades de la deuda.

Los nuevos análisis de escenarios que se derivan del Tablero sugieren que alcanzar la meta de vacunación del 70 % a finales del 2022 requiere más de US$ 17.9 mil millones con los precios actuales de las vacunas más los costos de envío de 127 países donde se observan tasas de menos del 70 % en la vacunación total. Sumado a esto, se proyecta un incremento en la relación deuda pública/PIB de 0.33 puntos porcentuales. De los 127 países que aún no llegan a la meta de vacunación del 70 %, hay 28 países que registran costos de vacunación que ascienden a más del 0.5 % de su PIB del 2022. En este grupo, el monto que se necesita para alcanzar la meta podría servir para cubrir múltiples veces el gasto público de los programas asistenciales. Por ejemplo, en Sudán del Sur, los costos de vacunación podrían cubrir todos los programas de ayuda y los gastos de educación.

Los costos mayores que se proyectan para los países de renta baja y media-baja que requieren US$ 14.7 mil millones con los precios actuales de la vacuna más los costos de envío. El panorama se vuelve más desafiante al analizar por aparte los países de renta baja. Arriba de US$ 4.7 mil millones, es decir, más o menos el 1 % del crecimiento proyectado de su PIB del 2022, serían necesarios para vacunar al 70 % de sus poblaciones, en comparación con sólo US$ 654 millones o un 0.02 % del crecimiento proyectado en los países de renta alta. En los países de renta baja, esto representa el 59 % de la inversión media anual necesaria para acabar con la pobreza extrema en el 2030 (ODS 1.1) o el 89 % del gasto medio anual necesario para garantizar que todos los niños y las niñas completen su educación primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad (ODS 4.1)

Los países más vulnerables están en el África subsahariana, como Burundi, Somalia, Sudán del Sur, Madagascar, RD Congo, donde menos de cinco de cada 100 personas se habían vacunado contra el COVID-19 en febrero de 2022.

En la República Democrática del Congo, país de renta baja, el costo de la vacuna restante representa un 12 % o US$ 736 millones del aumento previsto en la relación deuda pública/PIB, según las Perspectivas de la Economía Mundial de octubre de 2021, suponiendo que el precio de la vacuna se mantenga en US$ 5.74 por dosis. En el Sudán, los costos de las vacunas restantes le sumarían casi US$ 333 millones a la actual deuda pública a finales del 2022. Este monto se podría aplicar para cubrir los gastos de bolsillo de salud de 10.6 millones de personas, lo que representa cerca del 24 % de la población. De manera similar en Burundi, país con el mayor aumento en la relación deuda pública/PIB atribuible a los costos de las vacunas, el aumento previsto de la deuda pública de US$ 96 millones podría servir para brindar servicios de salud a 4.7 millones de personas, o un 39 % de la población de ese país.

En Angola, país de renta media-baja, el costo para terminar de vacunar al 70 % de la población asciende a US$ 221 millones. Este monto podría servir para financiar otros programas de protección social que son vitales para la recuperación del COVID-19, como un ingreso básico temporal de US$ 5.58 diarios, con cobertura para medio millón de personas por tres meses.  

La financiación adicional en forma de subvenciones y financiación en condiciones favorables que el FMI ha propuesto recientemente sería decisiva para poner fin a la crisis sanitaria, garantizar la recuperación mundial y evitar que los países de renta baja y media-baja caigan por la espiral de la deuda.[i] 
 

Referencias

[i] Agarwal, R. and Gopinath, G. (2021). A Proposal to End the COVID-19 Pandemic. IMF Staff Discussion Note, May 2021.